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domingo, 23 de diciembre de 2012

Navidades propias, pasodobles ajenos y otros mestizajes

Ataúlfo Corrochano, nuestro ojiplático héroe hispánico de los de adarga en astillero pero  sin galgo corredor que le ladrara o ladrase -la crisis no perdonaba ni a propios ni a extraños- dudó por un instante si debía abrir o no la pesada puerta del portal. Esencialmente porque al otro lado estaba el mundo exterior, tan lleno de problemas, de fatigas, de bacterias e incluso, en el colmo de la perversión y la miseria, de gente plagada de las tres cosas.

Dubitativo por prudentes momentos, pero seguro de sí mismo por unos irreflexivos milisegundos, decidió accionar la manilla de la puerta y enfrentarse al mundanal y navideño ruido que se adivinaba al otro lado. Fue entonces cuando recordó que la puerta ya no se abría a la antigua usanza y había que pulsar un botón de dudoso color bronce - Porca miseria - que hacía sonar un ¡Clac! definitivo que daba acceso al poco amistoso exterior.
-Ya ni las puertas eran como las de antes-  Y tras un leve gesto, el mecánico ¡Clac! vino a anunciarle que, de nuevo,  la suerte estaba más o menos echada al otro lado del umbral.

No había nieve en la calle. Para no variar, por otra parte,  lo cual siempre le había parecido un fallo de guión imperdonable tratándose de diciembre en el hemisferio norte, pero se conoce que el mundo no  estaba para cambios climáticos, estereotipos navideños ni detalles nimios. El hecho es que  era víspera de Nochebuena y  gracias a unos mal informados vientos del sur había unos indecentes diecinueve grados en la desbocada escala de Celsius que hacían de bufandas, gorros y demás adminículos para el frío un simple y asfixiante muestrario de complementos de moda fuera de lugar y de toda lógica.

-Mal empezamos- pensó para sus adentros más superficiales, que eran aquellos con los que se limitaba a mantener conversaciones de ascensor sobre el tiempo y las variantes de la Ley de Murphy. Ya se sabe: con este calor no parece que sea invierno, éramos pocos y parió la tata, está la cosa muy mal, la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla,  y toda aquella parafernalia verbal tan fatalista como inquietantemente sospechosa de ser cierta.

Avanzó por las atestadas calles llenas de compradores compulsivos, casi todos ellos con la compulsividad un tanto averiada por el paro, la crisis y la subsecuente, ordinaria  y vulgarísima falta de liquidez que ello conllevaba. Eran en definitiva tiempos en los que era tan difícil mirar a la vida directamente a los ojos,  que muchos habían optado por mirarle directamente al trasero y cortar por lo sano, fumándose el opio que les pillara más a mano para llevarlo lo mejor posible.

Y a pesar de todo ello, las calles estaban tan plagadas de luces intermitentes y adornos equivocados de cultura, tradición  y continente, de trileros irredentos, de carteristas de medio pelo y de cabrones de cuerpo entero como lo habían estado siempre. El resto de los huecos los cubrían  -también como siempre y a pesar de las numerosas bajas- las habituales hordas de contribuyentes y paganos en general.

A fuerza de gastar suela por las tibias aceras decembrinas que el ya agonizante sol se empeñaba en calentar a pesar del escaso ángulo que le brindaban la época y la hora, Ataúlfo empezó a experimentar una cierta sensación de paz a pesar de los pesares. Sería cosa de las fechas, de los villancicos cargados de desinformada alegría en formato MP3 que brotaban de los comercios, o de la abundante decoración de reminiscencias gringas y etiqueta  Made in China que llenaba cada espacio, pero le pareció que por un par de semanas los millones de anónimos prójimos y entes en general que poblaban su universo más próximo habían decidido darse una breve tregua para dedicarse a aplacar el espíritu  la miseria y la indignación, cada cual dentro de sus posibles. Y aquello, sin saber a santo de qué, le gustaba.

Oyó una melodía lejanamente familiar y justo al doblar la esquina se topó de bruces con un mozalbete rubio que se le antojó con pinta del Este - o por ahí - y que aporreaba sin clemencia el desvencijado cadáver de un acordeón exprimiendo  las desafinadas notas de un irreconocible pasodoble mientras miraba con cara de hastío el estuche con cuatro monedas que tenía a sus pies. Y aunque a Ataúlfo le pareció que el hecho de que aquel zíngaro medio ario perpetrase aquellos  "Suspiros de España" sin sangre ni vísceras era el equivalente artístico a poner a Toro Sentado a cantar por  fandangos,  no pudo evitar llevarse la mano al bolsillo y echarle al infortunado intérprete un puñado de monedas.

Y al tiempo que sonaba el ruido sordo de las monedas  cayendo sobre la sucia felpa azul que cubría el estuche, cruzó la mirada por un momento con el jovenzuelo, que sin dejar de tocar le dedicó una franca sonrisa de medio lado, casi podría decirse que sincera,  haciendo que Ataúlfo sintiera una fugaz mezcla de complicidad, culpa y vergüenza que se diluyó rápidamente en el proceloso mar de su ya añeja indignación en aquella extraña tarde de diciembre.  Al fin y al cabo era víspera de Nochebuena, empezaba a oscurecer y las luces de colores se esforzaban por brillar generando un paisaje bastante amable.

Y acelerando el paso se alejó pensando que el que no encuentra consuelo más allá del horizonte de  Enero, es porque no quiere...




domingo, 18 de noviembre de 2012

Chocolate, turrón y bolitas de anís

Sin previo aviso, tal y como acostumbran las malas noticias.  Un domingo 18 de noviembre, millones de niños de cuarenta años empezábamos el día con mal pie porque la vida, que a veces es áspera como una mala madrastra, nos robaba un trozo de la ya muy lejana y algo maltrecha infancia.  Se fue un hombre bueno.

Alguien que en unos años aún grises nos regaló color en forma de risas, que nos enseñó que los ratones comen chocolate turrón y bolitas de anís. Que junto a Gaby y Fofó nos llevaba de paseo en un auto feo. Alguien que cuando se veía en aprietos gritaba ¡Cosorro! ¡Aulixio!, que sabía como sacar de quicio al Señor Chinarro  a la mínima oportunidad...-

Se fue Miliki como se van los buenos, dejando a millones de niños que hoy vivimos sepultados en el alma de un adulto un poco más huérfanos.

Y por eso, a muchos niños de cuarenta años largos que guardamos en un rincón muy preciado  un hueco bien grande para  él y su acordeón, junto a Gaby y Fofó, se nos "lengua la traba" al pensar que en adelante nos queda el recurso de la memoria para gritar bien fuerte:

¡Tócala otra vez Miliki!


sábado, 10 de noviembre de 2012

Tropecientas sombras de Grey mal contadas

Efectivamente, amiguitos de la fauna ibérica, hoy toca hablar del penúltimo fenómeno de moda entre buena parte del género femenino e incluso de una porción difícilmente cuantificable de la "génera" masculina:
hablamos del omnipresente Señor Grey y su legión de sombras, que entre unas y otras vienen a sumar un total de 150  IVA no incluido,  repartidas en tres best seller -que en la lengua de Shakespeare y de Mr Bean, quiere decir "libraco que se vende  por palés"- escritos por una señora que se llama E.L. James.
Al parecer, el éxito de la señora James proviene del hallazgo de la llave que abre los cerrojos de los  arcanos femeninos más ocultos y por ello  buena parte de los maridos, novios, amantes y follantes en general que en el mundo son, le pagarían (pagaríamos)  cuantiosas sumas  por recibir un par de clases particulares  o, mejor aún,   un manual de instrucciones resumido.

Ánsar y George en pleno romance
Los libros en cuestión, por si hay dudas, son "Cincuenta sombras de Grey", "Cincuenta sombras más oscuras" y "Cincuenta sombras liberadas".  Libros que, a juzgar por el hervor colectivo que parecen provocar en nuestras medias naranjas o naranjos, deben  estar impresos con tinta a base de feromonas salvajes del Caribe, y eso tirando por lo bajo. Pero tranquilos  que en el Departamento de Investigaciones Ojipláticas estamos trabajando en ello al igual que hacían George Bush y su "amigo especial" Ánsar allá en el rancho grande del aguerrido tejano.



Así es que, quede claro que  en esta entrada bloguera  trataré de explicar -probablemente sin éxito- a los maridos, novios y amantes de las inflamadas lectoras los porqués e incluso los "porquenós" del fenómeno. Y para ello, nada como ir al lío:


Anastasia es una inocente a la par que independiente muchachuela veinteañera  que además -por aquello de darle a la historia más aires de  literatura fantástica- es virgen. La chica se ve obligada a  sustituir a una amiga suya para hacerle una entrevista al Señor Grey,  un  multimillonario -pero  multi que te pasas- de carácter superultramegadominante,  poseedor de casoplones con piscina de esos de quitar el hipo la fimosis y las cartucheras, cochazos indecentes de caballajes obscenos de los que gastan 200 litros de gasofa de la buena cada tres pueblos, jet privado con habitáculo para la práctica del follifornicio intercontinental, helicóptero personal para ir a hacer la compra al Mercadona, etc,  pero todo ello de  categoría suprema que lo flipas cum laude.

Dicho así, comprendo que puede parecer la historia de una zagala que se enamora perdidamente de Paco El Pocero, pero no:  es que además de ser asquerosamente rico y exitoso en los negocios, de tener una personalidad hipnótica para el mujerío en general, y de ser un fornicador justiciero de nivel profesional, el andoba también está hecho un musculoso Adonis. Y es que hasta en la ficción los hay que encima de abusar, tiran de los pelos. Los muy cabrones.

El multimillonario en cuestión tiene un oscuro pasado que le hace estar plagadito de traumas y apuntar maneras de cabronazo impenitente y ultracontrolador -que es lo que la autora, con un par, llama eufemísticamente "sombras"- pero el caso es que la muchacha, a la que no le gusta nada de nada que la controlen, y aplicando por ello la indescifrable lógica femenina, se queda epatada hasta la junta de culata ante el intimidante poderío del Sr. Grey que al parecer ese día se aburría y se queda prendado a su vez de la apocada y presuntamente independiente moza- ¿Ya he dicho que la chavala es virgen?-.


La cosa es que en los siguientes días la virginal e indomable Anastasia no se puede quitar de la cabeza al Señor Christian Grey,  y acude rauda y veloz a la llamada de este, que le confiesa que le va el rollito de la dominación y el BDSM en general y, resumiéndolo mucho, le propone a la independiente en cuestión  que se convierta en su esclava sexual así del tirón, con contrato escrito de por medio en el que quedan bien claros los dimes, los diretes, los tomas, los dacas, y los puntos sobre las íes. Ya se sabe que los ricos son de dejarlo todo atado y bien atado. Menudos son...

Y entre una cosa y otra, Grey se entera de la virginidad de Anastasia y le resuelve la papeleta por la vía de apremio a la desprevenida zagala, que desde ese mismo instante deja de ser virgen sin previo aviso ni hacer uso de los intermitentes. Así, a lo loco.  Que sepáis que Grey, ese machoman que no hace el amor, sino que se limita a "follar",  llama a esto "polvo vainilla", denominación que a la concurrencia al parecer se le antoja sensual e irresistible. No preguntéis, que yo tampoco lo entiendo. Aceptadlo sin más, hermanos.

A partir de ahí, estimados ojipláticos, comienzan una tórrida relación de dominación y sumisión con altibajos muy gordos que se va desarrollando en los tres libros, y aquí es donde desde la perspectiva de la temible lógica femenina en materia sentimental radica la gracia, el moje y el meollo del asunto:  como queda dicho, él es el dominador y ella la sumisa. Es decir, que a priori a la pregunta de "¿Quién manda en casa? ¿Colás o Colasa?", el avispado lector respondería que, obviamente el que manda es Colás. 

Pues miren ustedes por donde, la respuesta es ¡NO!  ¡ERROR!

Analicemos la jugada ( atentos los del fondo, no se me distraigan que esto entra para examen): 

Grey CREE que él es el que manda, el muy tontorrón, y ella la que se somete, pero mira tú por donde, el multimillonario sufre sin darse cuenta  una paulatina metamorfosis en la que va disminuyendo su nivel de cabronismo y ansias de dominación y malismo provocadas por sus múltiples sufrimientos y traumas infantiles, cualidades que a la zagala le ponen una barbaridad a la par que no le gustan nada 
-lógica femenina, amiguitos-.  Y de ese modo, él cada vez se va volviendo más blandito y más cariñosote, pero a la vez sigue dándole levadura a la zagala en cantidades industriales, y ella sigue poniéndose muchísimo  entre  tanto lujo desenfreno y transformación del incauto y controlador Grey que no ve venir el gol que le van a colar por toda la escuadra y finalmente acaba convirtiéndose en amante esposo de Anastasia. ¡Ay Christian! ¿Dominador tú? ¡Tururú! 

En resumen, queridos amiguitos, estas son las conclusiones básicas que podemos sacar: 


  • Si Grey fuese viajante de fajas de tallas especiales color carne en lugar de multimillonario, tuviera un pisito de 30 metros en Carabanchel Alto con hipoteca a 40 años, y se desplazara en un Nissan Micra de segunda mano, esta historia no sería posible. El romanticismo del asunto es directamente proporcional al  tamaño de la cuenta corriente, al tamaño de los medios de locomoción, y al tamaño en general. En un Micra no hay Dios que domine nada de nada. Esto es así.

  • No intentéis azotar en plan Grey a vuestra pareja pensando que vais a triunfar, porque muy probablemente os caeréis con todo el equipo. Si encima os pasáis de frenada en la fuerza del  picaruelo azote  aunque sea en 0,02 Newton por kilómetro cuadrado, se os van  a caer además los pelillos de las orejas y hasta los palos del sombrajo. Es lo que hay nenes. 

  • El hecho de que le ordenes con sensual y dominante firmeza a tu pareja que se entregue de inmediato a la práctica del "sexo vainilla" lo único que te garantiza es un prolongadísimo período de abstinencia con menos contacto carnal que los Roper y cinco dedos marcados a fuego en el careto. Tío, olvídate y asúmelo: Lo único que tienes en común con Grey son tus múltiples traumas y nada más.  NO eres millonario, eres un simple chapista en paro y tienes tripa cervecera. Vete a la nevera, coge otra cerveza del Mercadona y ahoga tus penas con ella.

  •  Esto es literatura romántica para mujeres escrita por una mujer. No seas animal, suelta ya los libros de tu señora y deja de pasar páginas ansiosamente en busca de fotos guarrindongas y explícitas, que estás arrugándolo todo y se va a dar cuenta. Aquí no hay fotos. Para eso ya tienes Internet 
  • Del mismo modo que no te preguntas como se apaña Chuck Norris para medirle el lomo a un regimiento entero de chinos sin despeinarse ni tener agujetas al día siguiente y lo aceptas como un hecho natural, debes aceptar que en la historia de Grey y Anastasia todo aquello que te parece que no tiene ni pies ni cabeza ni sentido alguno,  es romántico. Y punto.

Y para que lo sepáis, Anastasia  no se limita a vivir cabalgando en la lujuria y el desenfreno sin tiento,  sino que además termina por  pillar cacho en régimen de gananciales con su Señor Grey, con el que es feliz y come carísimas perdices escabechadas e invierte en  SICAV con tributación al 1% por los siglos de los siglos. Y para más INRI,  todo ello sin ni tan siquiera haber firmado el contrato de sumisa oficial. Que le ronca la mandarina...


Así es que, amigotes ojipláticos, espero que en adelante ya no os queden dudas acerca de las claves del asunto que nos ocupa y de la enorme carga de romanticismo que invade a nuestras respectivas que, dicho sea de paso, "No saben ná que digamos"

Nos ha jodido Mayo con sus Greys...






viernes, 26 de octubre de 2012

Imbéciles y otros objetos cotidianos


En ocasiones veo imbéciles en llamas más allá de Orión sin necesidad de usar telescopio. Lo malo es que en buena lógica y por una cuestión de proximidad, en este planeta  y sus alrededores los imbéciles se aprecian aún mejor a simple vista y llegan a formar verdaderos atascos. Por no comentar que para más escarnio no arden en absoluto-¡Porca miseria!- porque las leyes de la física son imperfectas y la combustión espontánea, al igual que el sentido común, no les afecta ni lo más mínimo.  

Y es que a lo largo de la historia de la humanidad legiones enteras y verdaderas de imbéciles profesionales y vocacionales han poblado el ancho mundo engendrando a su vez a más imbéciles que han ido perfeccionándose genéticamente y multiplicándose de forma geométrica a lo largo de los milenios por culpa de la dichosa evolución.
Porque, amiguitos de la fauna ibérica, los imbéciles son como el vino o la diarrea: con el  tiempo mejoran. 

No me cabe ninguna duda de que cuando los Australopithecus pululaban a lo suyo por África allá en los lejanos tiempos en que los smartphones eran de sílex y Apple aún no había venido a sacar a la humanidad de la miseria moral,  ya campaba a sus anchas entre los sufridos homínidos de la época un nutrido grupo de imbéciles. Toscos y sin pulir, eso sí, pero imbéciles al fin y al cabo.  Probablemente serían seres preeminentes en su comunidad , de esos que cazan el mamut a pellizcos, se comen la piel, tiran lo de dentro y luego se quejan de hambre, de frío,  y de tener pelillos en los dientes.


Y obviamente los imbéciles han proseguido imparables su avance a lo largo de los siglos con numerosos ejemplos en monarquías, algunas de ellas autóctonas,  en la política, o en los medios de comunicación, por poner algunos ejemplos totalmente aleatorios y casuales.

La señora Montero, reposando su regio  Mariló en una silla 
Y para centrar más la tontería, no podían faltar a la cita Mariló Montero y sus disquisiciones filosóficas acerca de la posibilidad de que el alma del donante se transmita en los trasplantes de órganos. Claro, es normal. Como no está demostrado científicamente que no sea así... Pero puede respirar tranquila Mariló, porque tengo entendido que nada más que terminen de formular el axioma de la Santísima Trinidad,  finalicen la secuencia genética del Hombre del Saco y demuestren empíricamente que la Santa Compaña son un señor de bigote de Soria y una octogenaria de Alpedrete con muy mala leche, los científicos ya se van a poner con ello. Tranqui Mariló, que la están peinando.

Y encima va la buena mujer y rectifica defecándola aún más si cabe. Pero lo más inquietante es que a la señora Montero no la echen fulminantemente de TVE a patadas en mitad del mismísimo Mariló. 



Romeva en pleno apretón parlamentario
Claro que, luego está la cosa esta del ínclito eurodiputado Raúl Romeva, que como se conoce que no se había aplicado su ración diaria de electroshock en los testículos y además ese día  no le habían administrado los psicofármacos,  no ha tenido mejor ocurrencia que impulsar, unido como una piña con otros congéneres de alma pura como la suya, una misiva a la Unión Europea, que como todo el mundo sabe no tiene nada mejor que hacer, para que le afeen la conducta a España por fascistas, por malos y por cabrones. Y todo ello porque últimamente se han visto cazas españoles sobrevolando el espacio aéreo catalán y la conclusión lógica es  que andan planeando una intervención militar en Cataluña. Y todo esto sin descojonarse de la risa ni torcer el gesto. Vamos, lo que se dice "impasible el ademán". Que es una cosa que, miren ustedes, tiene mucho mérito.  


El  Richard mingitando fuera del tiesto
Y no podía faltar en la terna de imbéciles semanales el inefable Richard Mourdock, que es un político más o menos igual de imbécil que los de aquí, sólo que en versión USA.  El mérito de este organismo pluricelular, candidato al Senado por el Estado de Indiana,  es soltar por el orificio que posee bajo la nariz que "incluso cuando una vida comienza con la horrible situación de una violación, es algo que Dios quiere que suceda". Fuentes de toda confianza afirman que tras el exabrupto ni siquiera se dignó a tirar de la cadena en un gesto de elemental higiene.   


Arrieritos somos y, si antes no nos trasplantan almas ajenas, nos invaden enemigos imaginarios, o nos viola desconsideradamente un mandingo generosamente armado, en el ya muy deteriorado caminito plagado de imbéciles nos encontraremos. 

Haya salud. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Caimanes, subidas de IVA y otras profesiones de riesgo

Se va terminando el verano. Se van Julio y Agosto como se fueron Rómulo y Remo dejando a la loba capitolina con dos palmos y medio de narices,  como se van los personajes de tango, previsores ellos para así  poder volver después con la frente marchita, como se va el desodorante en mitad de la canícula playera o como el caimán aquel, que puestos a irse  se fue  p'a la Barranquilla a trabajar de bolso de diseño.

Tiempos chungos, donde hasta los caimanes emigran, aunque ahora en lugar de a la Barranquilla se van a Discovery Channel a trabajar de extras en los documentales de supervivientes, cazadores, machotes profesionales e imbéciles en general que se meten sin motivo aparente hasta los sobacos en pantanos pútridos llenos de bichos y guarrerías infectas - que digo yo que hace falta ser más tonto que Abundio, aquel que se fue a vendimiar y se llevó uvas de postre-.

Pero centrémonos en el tema para recordar que en definitiva unas cosas se van y otras vuelven, y entre estas últimas está septiembre, ese mes de chichinabo que ni es mes ni es nada, pero insiste en volver cada año y este en particular nos pilla con inflamación en el Euribor, las canillas temblando, las tarjetas exhaustas, el IVA al galope vivo, y las expectativas en general  menguadas y tísicas, como las heroínas de ópera romanticona.

Y hablando de heroínas de ópera, también es cierto que  al menos aquellas delicadas muchachas se morían con épica, glamour y decencia poética a tutiplén, en frías pero románticas buhardillas parisinas, o recostadas en una Chaise Longue de terciopelo del bueno en una mansión molona y con  un maromo de buen ver al lado cantándoles hermosas arias al oído. Y para remate, nada más que la diñaban caía el telón y el público aplaudía casi como si la muerta hubiera ganado la Eurocopa ella solita -ya saben, el consabido "lo he dao todo en el terreno de juego llegando al "aria"  con mucho peligro", y tal...). Así se muere cualquiera, nos ha jodido mayo...

Heroína operística muriéndose con glamour del molón.
Lo verdaderamente difícil, individuos e individuas, es morirse ahora con los ataúdes y demás parafernalia al 21% de IVA.
 Y claro, con las políticas de recortes no te queda más remedio que ir quitando cosas:  que si póngame un ataúd de Ikea y me lo monto yo mismo, que si quíteme las flores y ponga un ambientador del Mercadona, que si nada de mortaja y envuélvame al tío Antonio en papel de periódico que le gustaba mucho leer, que si la tía Eufrasia se ha muerto en "B" y no queremos factura...  y en la parte artística nada de hermosos efebos o "efebas"  cantando arias de ensueño: póngame un señor de bigote cantando una jotica navarra y listo, que la abuela era muy austera...

Y es que antes los músicos y demás gentes de mala vida  te calzaban en factura un 8% y ahora te endiñan un 21%, así es que a morirse, pero con menos arte y cultura que no está la cosa para melodías y zarandajas, miren ustedes.

Así es que, ya lo sabéis amiguitos y amiguitas de la fauna ibérica: en martes ni te cases ni te embarques y en septiembre ni morirse -o en su defecto a morirse sin factura- que pintan bastos.

Aunque también es cierto que siempre nos quedará la opción de hacer como el caimán e irnos a comer imbéciles al Congreso de los Diputados o a cualquier otra de las múltiples ciénagas nacionales.

En Discovery Channel debe haber lista de espera...






miércoles, 18 de julio de 2012

Manipula, que algo queda

Lo que está pasando últimamente en esta Hispania Ex-pañola y Ex-traña nuestra, digamos por poner un margen temporal definido, en estos últimos quinientos años centuria bisiesta arriba o abajo, no es ni medio normal. Y es que tenemos una historia prolífica en reyes medio anormales o anormales del todo, reinas machorras medio frígidas o incluso frígidas de cuerpo entero, miríadas de cortesanos y cortesanas a cual más hijo de la gran cortesana, clérigos de moral estricta y entrepierna laxa, o militares de alta graduación llenos de ardor guerrero y mal despertar, (como el Whisky, pero sin gracia)...

Y qué decir de los superproletarios progrechachis de Armani y sus primos hermanos, los superburgueses  chupisolidarios guaysquetecagas en poder de la verdad absoluta todos ellos, con un ejemplar encuadernado en rústica de "El Capital", o  la colección completa de "El Alcázar", o  las Memorias de la Mula Francis o el panfleto de cabecera que toque metido en el orto, el sectarismo integrado en el salpicadero de serie y por supuesto lunas tintadas, pero tintadas que te pasas, para no ver lo que se cuece en la calle.
Y es que esas calles están llenas de  lumpen y chusma en general, esos que todos ellos denominan "pueblo" o "ciudadanía" y a quien tantos esfuerzos y desvelos teóricos dedican. Los integrantes del populus, queridos amiguitos,  somos básicamente feos y difíciles de ver, por no mencionar los problemas que generamos tontamente en nuestra ignorancia y estulticia.   Es normal. Yo también me tintaría las lunas a juego con los zapatos mientras me flipo "tó loco" con mis correligionarios con citas de Marx, de Gentile, de Leyre Pajín,  de Luis de Guindos, o del artista invitado que toque esa noche mientras nos tomamos un Gin Tonic pijotero de a 30 euros la unidad.  Pero todo muy teórico y tal, no nos vayamos a manchar las Vans...



Y arden las redes sociales con incendiarias imágenes, y "pagüerpoints", y falsas referencias al  BOE -que hay que tenerlos muy gordos-  o citas bastardas o todo  tipo de parafernalias manipuladas hasta las trancas que demuestran lo malos que son los otros y lo felices que eramos con los unos y viceversa. Y supuestos textos atribuídos al gran  José Luís Sampedro,  a  María Santísima, al "cuñao" de El Fary,  o a cualquiera que tenga un mínimo peso moral o intelectual, que no resisten el más mínimo análisis ni por la redacción, ni por la ortografía ni por el contenido, ni por el tipo de letra, ni por el forro... Pero nos molan siempre y cuando machaquen "a los otros".  Somos capaces de dejar que manipuladores de todo pelaje prostituyan a su favor el buen nombre de los grandes faltando a la verdad, y nos lo tragamos enterito, sin masticar y sin el más mínimo espíritu crítico. Sin molestarnos en tratar de verificar si lo que leemos o vemos tiene algún viso de verosimilitud. 

Y si ya de partida nos la dejamos meter doblada en el Facebook, es más que normal que nos enviolinen hasta las cachas en el mundo de verdad, en el que tenemos cara de DNI y legañas, en la calle, en el congreso, en los medios de comunicación y hasta en la misma niña de los ojos. 

Y es que al igual que en la boda de Farruquito, en España somos propensos a las cadenacas cuanto más gordas mejor. Somos así y molamos mucho. Queda por ver si de esta, por fin, nos ponemos todos del mismo lado de la barricada y les dejamos A ELLOS, a los verdes, a los magentas, a los azules,  a los coloraos, a los de allá, a los de acá,  a los protegidos del régimen en general al otro lado y con sus vergüenzas, que no son pocas, al aire. 

Seremos feos pero somos muchos más. Sólo nos falta enterarnos. Y aprovechando que el Manzanares pasa por Carrascosa de Arriba, me llena de orgullo y satisfacción mandar a  Fernando VII, a una cuidada selección de sus deudos y a buena parte de los padres de la patria y sus esbirros al regio cuerno por su gran aportación a nuestra historia pasada, a nuestro más que indicativo presente y a nuestro imperfecto futuro.

Sin olvidar la parte de culpa que nos toca por mantenerlos ahí, claro está...



Haya salud.



sábado, 16 de junio de 2012

Caballos viejos y otras guarrerías

Dicen algunos, probablemente por alimentar el mito patrio de Ultramachoman latin lover irredento, que "siempre que amanece apetece".  Y no digo yo que no sea más o menos cierto, aunque al final no esté muy claro qué es lo que apetece ni a cual de los dos bandos le apetece más. Puestos a poner peros, ni siquiera suele haber acuerdo en cual es la hora correcta de amanecida, o sobre si el sol sale por Antequera o por Motilla del Palancar.


A lo largo de la historia del mundo civilizado, e incluso a lo largo de la nuestra, millones de  aguerridos mariachis en gayumbos de topos rojos y calcetines blancos,  presto el guitarrón y cazallera la voz, han susurrado de buena mañana a la oreja de su chaparrita aquello de: -"Despierta mi bien despierta, mira que ya amaneció..."   Y su chaparrita (o chaparrito), impasible el ademán y legañosos los ojos, les habrá dedicado un cariñoso: "¡Váyase a la verga con sus chingaderas, so pendejo! ¿Que no vio que son las cuatro de la mañana? -Todo ello, eso sí, desde un afecto y una somnolencia profundísimos. 


Moraleja: el follifornicio y el mundo de la coyunda en general, amiguitos de la fauna ibérica, no conoce fronteras ni tiene horarios ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan. Y en lógica consecuencia, cuando no se juntan menos aún. Nada hay perfecto.


 Y eso les debe pasar a los jefes, jefas, líderes y "lideresas" de esta Europa continental y viejuna.  A los británicos no, porque para empezar viven en una isla, circulan al revés de la gente normal, y además Europa no les pone nada de nada. Sin embargo a los demás sí les apetecería una moderada dosis de apareamiento, aunque normalmente a horas diferentes. Y si por una vez coinciden en la hora de amanecida se percatan de que uno es tirando a hetero y el otro más bien gay y esa  divergencia de técnicas  complica las cosas porque el consenso en tales circunstancias se antoja imposible ni siquiera aplicando la vieja técnica de "Todo por la patria". Y como no podía ser de otra forma, han de conformarse con practicar el onanismo a destiempo por aquello de rebajar las tensiones de los mercados, que andan los pobrecicos llenos de furores sin resolver de tanto desflorar inocentes deudas soberanas, que como todo el mundo sabe se hacen mucho las estrechas. ¡Las muy guarronas!


 El caso es que en estas prácticas que se traen parece que unos disfrutan más que otros y los demás nos conformamos con recoger la habitación, cambiar las sábanas que han dejado hechas un Cristo y pagar la factura de la orgía.  En definitiva, uno no sabe qué pensar, porque si esto es "ser Europa" mejor no saber lo que puede llegar a suponer "ser más Europa". 

Y en esas estamos, con nuestro caballo viejo y "cansao" al que ya no le dan sabana sino que se la prestan al 3%, que sigue con el tiempo contao y con el ánimo y el ardor justito para verse embarbascao con  su potranca mientras se pregunta porqué lo llaman "préstamo en condiciones ventajosas" cuando quieren decir lisa y llanamente "sexo duro".


Una vez más, y van infinitas, a la vejez viruelas, que es lo nuestro.




miércoles, 16 de mayo de 2012

Rayos, truenos y aeroplanos.

La  señora Merkel, que es ese ente mezcla de Walkiria hipertrofiada y sargento chusquero con estreñimiento crónico  y una dosis poco saludable de tensiones sexuales resueltas a medias, está que lo vierte por los bordes. Se conoce que es lo que tiene esto de ser dueña y señora  de esta cosa en la que vivimos que se llama Europa. El caso es que gracias a  Frau Merkel (lo que en Españistán sería "la señá Ángela"), ya nos vamos enterando por vía rectal y nasogástrica  de que el marco alemán ahora se llama Euro, de que las inversiones germánicas privadas que han resultado fallidas ahora se llaman "deuda soberana ajena" y de que los antes llamados muy descriptivamente "países de mierda" ahora se llaman "países periféricos", que es lo mismo pero dicho en lenguaje más molón, guay y políticamente correcto.


Los periféricos somos esos vecinos que vivimos  más o menos alejados del centro de Europa, en lo que vienen a ser los barrios chungos de las afueras.  En definitiva, somos una retahíla de cutrones, voceras, vagos con olor crónico a ajo y una preocupante densidad de políticos por metro cuadrado. Sólo en Españistán, por poner un ejemplo triste, tenemos  cuatrocientos y pico mil, todos ellos con mando en plaza y un inusitado talento para sodomizar a la ciudadanía por el artículo 3. Y en muchos casos sin tener tan siquiera los estudios mínimos exigidos para la tarea. Se conoce que son autodidactas los muy cabrones.
 En definitiva, somos los griegos, portugueses, Irlandeses,  italianos, españoles... resumiéndolo mucho, amigos de la fauna ibérica, los periféricos somos la chusma del continente ( en alemán "Die Chusmen").  


Lo cierto es que habitamos en esta celtiberia periférica y ajoarriera nuestra en la que se invierte más en puticlubs que en I+D+i  y por tanto andamos bastante justos de inventos y patentes en todo lo que vaya más allá de la fregona, el chupa-chups , el morcón ibérico o  los concejales de urbanismo, y así nos luce el tupé. Llevamos años recibiendo sacos de perras gordas desde Europa para hacer carreteras, aeropuertos peatonales,  palacios de congresos donde no se congrega ni el Tato, estaciones de AVE en cada barrio,  o lo que se le cante en sueños al iluminado electo de turno. Y todo ello por el módico precio de mandar la agricultura, la pesca, la ganadería o cualquier atisbo de industria al mismísimo orto en aras del bien común de no se sabe quién. Bueno, sí se sabe pero ya nos entendemos...


Claro está que con un poco de suerte igual el nuevo Monsieur le Président de France  le aplaca los humos a la señá Ángela, aunque visto lo visto poca carrera lleva el hombre, que ya el primer día se pilla una notabilísima mojadura y acto seguido cuando se dirigía a Berlín empollándose la partitura para cantarle las cuarenta en Do Mayor a la señora canciller de la Bundesrepublik le cae un rayo en la mismísima mitad del medio del aeroplano. Se ve que el hombre no tuvo en cuenta que Thor jugaba en casa. Está claro que hay que leer un poco más de mitología nórdica o  en su defecto algún que otro cómic de Los Vengadores.  Por conocer el percal del enemigo, más que nada.


Y entre sinvivires y sambenitos variopintos capeamos el temporal como se tercie, que a improvisación no nos gana nadie tal y como han puesto de manifiesto nuestros últimos presidentes patrios. Eso sí, lo haremos subidos en nuestros Opel, Mercedes, Beemeuves y demás troncomóviles germanos fabricados con maquinaria germana bajo patente aún más germana mientras nos ponemos ciegos de Bratwurst con Kartofell de guarnición. Y para pasarlo por el gaznate una birrita de las que tenemos en el frigo Siemens. Eso sí:  la birra que sea  Pilsen. Faltaría más. 

Estimados parroquianos: que Thor nos pille confesados... 




miércoles, 18 de abril de 2012

Elefantes, sexo y armas de fuego.

Tras un mes sin dejarme caer por estos andurriales blogueros de laxas costumbres y dudosa moral,  los acontecimientos de este y otros  suelos patrios me obligan. Es triste pero es así.

Y es que en estos últimos tiempos -digamos, por afinar un poco,  en estos últimos quinquenios- me ocurre constantemente entre otras cosas poco molonas que lo veo y no lo creo, lo leo y no lo capto, o lo oigo y no lo asimilo, por citar las más floridas. Y en esa frustración crónica  trato de sacar la media aritmética, o ponderada, o la madre que la trujo, y la conclusión a la que llego invariablemente es que  en este parto ibérico no sólo hay dudas acerca de quienes son los posibles padres, sino incluso acerca de quien es la madre, de tal suerte que el punto de partida sería determinar de forma paritaria el grado de putez y el de puterismo y currarse con los resultados un PowerPoint molón pero eso sí, con  fotos de gatitos y perretes, frases moñas y de fondo musiquilla de José Luis Perales cantando la misma de siempre.  En definitiva, éramos pocos y parió la abuela dando a luz un hermoso armario empotrado. 

Por poner un ejemplo, en estos días se discute acerca del papel actual de la monarquía española y por alguna extrañísima asociación de ideas lo que se me viene a la mente es esto, que sólo los privilegiados nacidos en el período temporal de "Cuéntame" recordarán:

Sí, amigos. El papel higiénico El Elefante. Ese complemento que no podía faltar en los más modestos cuartos de baño patrios allá por los efervescentes años 70 más o menos.
Aquello era una cosa tremenda. Lo había en casa de mi abuela, supongo que por el tema de la economía y eso suponía ir con los deberes hechos de casa. Y es que aquellas generaciones de ojete rudo e indómito sabían lo que suponía un apretón inoportuno en una casa con rollo marca  El Elefante 100% puro papel de embalar.

Este mítico y metafórico papel venía dotado, al igual que la vida misma,  de una cara suave y satinada, casi resbaladiza y de otra cara menos glamourosa pero más eficaz al efecto  con textura de lija del 2 capaz de poner firme al legionario más aguerrido. 400 hojas tenía el higiénico adminículo. El número no era casual. Si tenemos en cuenta que para rematar la faena era necesario lijarse el ano un centenar de veces, se puede colegir que se trataba de un rollo de unos 4 usos. Pura regla de tres hispánica. 

Y hablando de papeles regios y caza mayor, ver al Rey pidiendo disculpas y diciendo que lo de la cacería de elefantes y esas macarradas caras en tiempos de vacas flacas para el vulgo no se va a volver a repetir, me produce una inquietante sensación mezcla de tomadura de pelo y alivio por ver que hay alguien capaz de pedir disculpas al populus, cosa que no ha hecho ningún iluminado parlamentario. Al menos el gesto le honra y que conste que uno es de idiosincrasia republicana. Ya decía el ínclito José Luis, actualmente dedicado en cuerpo y alma al noble oficio de contador de nubes y sexador de ninfas,  que tenemos un Rey muy republicano. Menos da una piedra, excepto si debajo tiene petróleo, claro está.

Respecto a Felipe Juan Froilán de Todos los Santos -Fjfdtlsito para los amiguetes- permítanme que comience por la parte políticamente correcta dejando clara mi satisfacción, que no mi orgullo, por el hecho de que las cosas no hayan ido más allá de un simple boquete en el empeine que siempre será útil para guardar las llaves o el Iphone en la playa.  Me reservo para mí, eso sí,  ciertas reflexiones acerca de la inexorable acción de la herencia genética. Contra los genes, al igual que contra la alopecia, no hay nada que hacer por más que te empeñes en peinarte haciendo la cortinilla. Casi mejor te rapas y ya está. Mucho más digno todo...

Del tito Iñaki mejor no hablamos para no interferir aún más en el sumario, que dicho sea de paso,  tiene que ser espectacular leerlo  en el baño haya o no paquidermos adosados en la pared. Tiene que ser una lectura como para defecarse de forma incontrolada.

Y respecto al tema de YPF, francamente me hallo o encuentro entre dos aguas: por una parte uno siente la cosa esta medio patriótica de que el gobierno argentino "nos" roba una emblemática empresa española y tal y Pascual, y por otra me entra la sensatez y  me acuerdo de aquello de "Cuando un monte se quema algo suyo se quema...Señor Conde" y me pregunto si no es eso mismo lo que Repsol  lleva haciendo largos años metiéndonos a los españolitos la manguera del surtidor doblada por el orto. Digo yo. Y conste de que eso de la inseguridad jurídica es una cosa muy fea ¡Ché! Y no es por dar la razón ni mucho menos a la Señora Presidente de la República Argentina, a la que junto a su difunto marido no le tembló el pulso cuando apostó por privatizar YPF. ¡Cagamos Señora Presidente! Todos menos usted, que visto lo visto trincó plata dos veces del mismo cepillo y encima le aplauden. ¡Eso sí que es ser Grosso! Algún día aspiro a comprender el alma del pueblo argentino, siempre pesimista dentro, chauvinista fuera, y muy brillante allá donde vaya. Nos os comprendo del todo, y menos políticamente, y eso a pesar de haber oído a Enrique Pinti explicando el argentinismo miles de veces. 

Y ya que antes ha salido a colación el ínclito ZP, y en aras de la paridad más paritaria,  no puedo dejar de tener un cariñoso recuerdo a las madres y padres de nuestros amiguitos del gobierno y la oposición de Españistán, que siguen esforzándose en afinar el tiro para terminar con todos nuestros males. Lástima que tengan la puntería en el culo. Más concretamente en el nuestro. El de los ricos está envuelto en magnífico tisú  de blanco cegador y agradable por ambas caras. Es lo que hay. Para todos los demás, ya lo saben:  400 hojas bisiestas de El Elefante.

Haya paz y salud aunque sea poca, ya que de lo otro cada vez habrá menos salvo que hagamos algo. Lo malo es que no queda nadie legitimado para ponerle el cascabel al Elefante.

Qué lástima...






viernes, 16 de marzo de 2012

Perroflautas de diseño, anuncios de Loewe y otros sacerdocios



Veo con pasmo y ojiplatismo galopante la nueva estrategia publicitaria de Loewe, esa marca que de todos es sabido que compite con el Rey en campechanía y proximidad al vulgo. Y es que ya se sabe que no hay adolescente, adolescenta, joven o jóvena que pueda salir a la calle con dignidad sin portar un bolso o  faltriquera mileurista de la mentada marca. No se pueden llevar las llaves, la cartera y la blackberry en cualquier bolsajo de mala muerte, que a poco que te descuides se te avería el karma, y no es plan...

La cosa es que a los zagales y zagalas del departamento de marketing de Loewe, que por lo que se ve han debido abusar de las drogas más de lo normal, viéndose abocados a repetir varios cursos de la LOGSE, se les ha ocurrido buscar nuevos mercados entre la juventud nacional, que como todo el mundo sabe están en condiciones de adquirir bolsos de a mil euros la unidad, eso sí, IVA incluido, como quien ve llover en finca ajena. Vamos, como si no costara o costase. Y para ello no les ha temblado el pulso al perpetrar un  "spot" (lo que viene siendo un anuncio de la tele de los de toda la vida), protagonizado por una serie de entes y "entas" que le pondrían palotes los pelillos de la chepa al mismísimo Chuck Norris.

Así es que, tras estrujarse el cerebro y tirar de la cadena al terminar han llamado entre otros a las sobrinísimas de Ana Belén, a la hija de Ouka Lele (la fotógrafa modernísima de la movida madrileña), o a la hija de Verónica Forqué -(Sí: yo también me pregunto Forqué sin hallar respuesta...)-,  que a lo largo y ancho del spot van soltando sin anestesia ni previo aviso perlas como las siguientes:

  • "¡Estar enamorada es superguay! ...es como...¡Todo te da vueltas!...¡Son como mariposas!..."-No te preocupes bonita: con lo que te van a pagar por el superspot superguay que te pasas podrás seguir fumando estupefacientes de los buenos. Verás que vueltas más guays y qué mariposas más bonicas y reshulonas
  • "Un buen gazpacho, una tortilla de patatas...¡Mucho bueno vino!" Lo triste es que la zagala que dice esto es la más normal de todas. No digo más...
  • "Me bajo del avión, me pinto, me visto, y....¡Pumba! ¡Ya estoyyyy!"
    Lo de estos dos lerdos del belfo, que cada vez que abren la boca hacen caer el IBEX35,  sobrepasa varios límites que hasta ahora parecían infranqueables o como mínimo reservados a unos pocos elegidos entre los profesionales de la idiotez extrema. Deberían meterlos en el mismo avión del que se han bajado y... ¡Pumba!.... deportarlos a su planeta sin más dilación  no sea que les de tiempo a pintarse y a vestirse y la cosa vaya a peor, si es que cabe tal posibilidad.
Aquí va el vídeo. El que avisa no es traidor:




Y qué decir, amiguitos de la fauna ibérica, del último anuncio de la Conferencia Episcopal incitando a los muchachos más piadosos a ser curas pero enfocándolo como una salida profesional. Más o menos el anuncio viene a decir que ganar, lo que se dice ganar, no vas a ganar gran cosa, pero al menos vas a tener trabajo estable.


 
Y es que, efectivamente,  ante la crisis galopante  lo que más apetece es ponerse a repartir hostias de forma estable e indiscriminada -preferentemente empezando por los del anuncio de Loewe- y encima que te paguen.  No se arreglará mucho pero debe ser un desahogo...

Si al final van a tener razón los obispos. Por eso uno de mis deseos más perversos e inconfesables  ha sido ser Obispo de Mondoñedo. Tengo que hacérmelo mirar...






jueves, 16 de febrero de 2012

La intención es lo que cuenta



A pesar de los pesares varios que pesan sobre  nuestros hombros, siempre nos quedarán a  plazo fijo una serie de certezas y verdades universales tales como que  Marzo marceará, o Mayo nos mayeará con sus flores, por poner un par de ejemplos ilustrativos.  Es lo que tienen los inicios primaverales.  Pero  hasta ese momento no nos dejemos llevar por las ansias de calor y disfrutemos  de este Febrero a medio uso, mes  febril por donde se quiera mirar.

Y es que mientras unos  deliran  postrados en  sus respectivas piltras con toses mucosidades y temperaturas corporales de record  Guiness  en su comunidad de vecinos, otros se dejarán caer en los febriles   vapores de San Valentín, conocidísimo santo del Siglo III lustro arriba o abajo, y probable accionista mayoritario de unos grandes almacenes de la época. 
Santo, sí: pero con visión comercial. Algunos, en un alarde de acaparación sin precedentes conjugarán ambas cosas demostrando que es posible casar romanticismo y mucosidad, eso sí de forma febril y disparatada en la escala Celsius.  Los más frikis también se moverán en grados Farenheit y Kelvin mientras recitan haikus y juegan a Dragones y Mazmorras  versión “I Love You so much my Little Troll” como si les fuera vida y hacienda en el empeño.

Pero independientemente de Días de los Enamorados y otras hierbas, hay lugares comunes que a muchos se nos repiten todos los días del año, aunque marcee, mayee o septiembree como si no hubiera un mañana: sí amiguitos. Me refiero a esa perla de las relaciones amorosas. Ese conocidísimo juego cuya variante más común se denomina, agárrense al sofá,  “Cari… ¿Me quieres?” (La fatiguita me invade…).

Y a sabiendas de que parte de la concurrencia ya habrá cavado una trinchera de profundidad media con provisiones suficientes para subsistir un asedio moderado, no puedo dejar de desarrollar el conocidísimo argumento, que deja al mismísimo Tenorio reducido a escombros de consumo marginal:

-Cari…
-¿Qué? (ya empezamos)
-¿Me quieres?
-Claro que
(suspiro de resignación)
-¿Cuánto?
-…¡Mucho!
(ainssssss….)
-¿Cuánto es mucho?

A partir de  este delicadísimo punto ya se masca la tragedia y la cosa puede derivar por derroteros muy diversos en función de los años de convivencia y/o la insistencia de la parte que efectúa el despiadado interrogatorio.

Por eso, a la hora de agasajar a sus respectivas partes contrarias con motivo del magno evento del día 14 piensen en que hay que reactivar la economía. Y si en el intento su billetera les golpea en la cara con un guante, no acepten el duelo. No les compensa el honor sabiendo que van a perder y que siempre les quedará ese comodín tan socorrido como de dudoso efecto:

“La intención es lo que cuenta”.


Y si cuela, miren ustedes, pues eso que se llevan….



sábado, 11 de febrero de 2012

De mugres, vidas y haciendas.


En el rincón más oscuro de aquel tugurio de vida abundante y mala muerte, a la luz de lámparas mugrientas de tan bajo consumo como alto derroche de desesperanza lumínica, Isaac Olleros apuraba su sexta cerveza barata. Tal vez la séptima - las matemáticas nunca habían sido lo suyo-.

La mayoría de los parroquianos eran los habituales. Los de plantilla.  Hacía años que algún cliente iluminado, entre los vapores etílicos, comprendió que él y los que le rodeaban cada noche de cada día de cada semana, merecían un término que los diferenciase de los borrachos ocasionales que plegaban velas en el muelle de aquel antro alguna noche de tormenta. Y desde entonces se denominaban a  sí mismos "los supernumerarios" con esa seguridad que proporciona el sentirse parte de algo, aunque ese algo orbite en un microcosmos sórdido y pegajoso. Y además, aquello de homenajear al Opus en la cuenca del ojo le daba un valor añadido. Eran gentes de un incombustible mal vivir que a fuerza de revolcarse en los cenagales del camino terminaban por  convertirse en  perdedores con una inquebrantable mala salud, de esas que no proporcionan la inmortalidad pero conservan el pellejo en formol ingerido por vía oral.

 Todos estaban cortados por ese patrón que hace que la pana deje de partirse desde el momento en que le tocan el entorno. Cuando Paco "El Puta", el fósil de macarra de tupé en franca decadencia reconvertido  en mesonero urbano a medio domesticar se planteó darle una manita de pintura e instalar más luz a su amado local,  los exaltados acólitos hicieron uso del milenario arte de la democracia de la muchedumbre y Paco tuvo que dar marcha atrás y dejar las miserias, las penumbras  y la mugre en su sitio. La lógica era aplastante: a más luz más polvo, más suciedad, más se evidencian las arrugas y puñaladas talladas a cincel y martillo en la jeta del alma. En definitiva, su ejército de menesterosos le hizo comprender que el orden natural de las cosas en sus dominios no debía ser alterado. El triunfo de la escupidera frente al inodoro burgués.  Los caminos identitarios son intrincados y además inescrutables. Los muy cabrones.

Isaac, probablemente el más sereno de aquel ejército de parias, contemplaba el panorama desde su rincón disfrutando de la superioridad que le confería ser un sucedáneo del Polifemo en el país de los que no tienen niña de los ojos. Magra hacienda por otra parte, pero hacienda al fin y al cabo. La Chata, prostituta añosa con la culata del revólver ya comida a base de muescas, arrastraba por los pelos a la Antonia, más conocida como"La Pomposa" o simplemente "La Pompo", antigua "Señora de" que desde que había dejado de ser "Señora de" por K.O. técnico a manos de una rubia veinteañera y calculadora,  se había tirado a la piscina del alcohol sin gafas, respirador ni toalla pero, eso sí, con una pensión que le permitía sostener las adicciones. Hasta en el lumpen hay clases.  Las razones de la trifulca eran lo de menos. En esta guerra, como en todas,  las diferencias se dirimen por aniquilación del oponente y el que gana tiene toda la razón "ipso facto". Al final, unos pelos más o menos en el cuero cabelludo de "La Pompo" no cambiaban en nada la mecánica del cosmos ni el devenir del karma, por lo que tomar partido era perder el tiempo, las fuerzas y la borrachera a lo tonto.

Y en el fragor del combate ajeno,  Isaac le dio una calada al purito que fumaba desafiando los designios del Estado,  y entre la bruma nicotínica alcanzó a ver a Mario "El Legionario" retorciéndose entre convulsiones al otro extremo del local.  La ambulancia llegó media hora después para certificar el fallecimiento.

Isaac Olleros encendió otro purito y entre mares de nicotina y lúpulo concluyó que en toda guerra hay daños colaterales por más legionario y supernumerario que uno sea. Por más apodos, cicatrices y muescas en la culata del revólver que uno tenga a la luz de bombillas de poca enjundia...




sábado, 28 de enero de 2012

Viernes fríos, fijaciones orales y sexo escrito.

Noche fría de viernes -fresca, como diríamos en el norte-. Las calles se llenan de ejércitos de curritos batiéndose en retirada con la moral carcomida pero aliviada ante la perspectiva del armisticio del fin de semana. Viviendo un presente simple y viendo venir un  futuro indefinido pero alicatado de letras por pagar  hasta el techo, que se dirigen como buenamente pueden a sus respectivas casas, bares y/o tugurios de mala muerte, estos últimos también hipotecados pero al menos a nombre de otros infelices. Para que no se diga que no hay para repartir.

Una vez más nuestro héroe hispánico -el inefable y sin embargo normalísimo Ataúlfo Corrochano- se despidió de su antaño estable trabajo hasta el lunes suponiendo que a  los dioses variopintos,  los hados, la patronal y el primo segundo de Standard & Poors se les cantara o cantase por el arco de triunfo. Que podría ser que no, pero hay que alejarse de los pensamientos negativos y los malos rollitos en general porque en caso contrario dicen que se te avería el karma y te sube la tensión y el azúcar, con los costes emocionales y sanitarios que ello  supone.

Ataúlfo sacó el bonobús de su raída  y viejuna cartera de Christian Dior - regalo ya añejo de los Reyes Magos de Oriente que se caía a pedazos-  y no pudo evitar la tentación de blasfemar defecándose en Dior al ver tanta decrepitud carteril   de marca sin solución de continuidad a corto o medio plazo. Con lo que él había sido hace unos años. Aunque lo cierto es que no estaban las cosas para bobadas...
El cartelito luminoso de la parada del autobús decía por obra y gracia del GPS que el vehículo en cuestión, de la línea 2 para ser exactos,  llegaría  en cosa de 3 minutos. Y así fue, porque como todo el mundo sabe lo que diga el GPS va a misa aunque sea dando un rodeo de tres pares de albardas.

Pasó el bonobús con desidia por el lector, que le correspondió con un "bip" tan aprobador como indolente. Es lo que tiene  usar el transporte público a diario y pagando, lo cual es una cosa muy poco antisistema, todo hay que decirlo. Por aquello de que el que paga y además calla, no solo otorga sino que además colabora....  Se sentó lo más adelante que pudo en uno de esos asientos individuales tan prácticos para ejercer de lobo solitario de autobús. No es que Ataúlfo fuese un ser asocial, es que le agradaba más el silencio que las conversaciones forzadas, sobre todo las de autobús y ya no digamos las de  ascensor.

Mientras la voz impertinente del GPS autobuseril iba recitando de memoria el trayecto - ya saben:  "Próxima parada: Marqués de Santojete" y otras cosas por el estilo- Ataúlfo observaba el paisaje urbano invernal de viernes a las ocho y cuarto de la noche, plagado de exploradores de rebajas ávidos de gastarse los últimos cuartos, y una amplia representación al más puro estilo de la ONU de manguis, trileros, carteristas de medio pelo  y menesterosos profesionales en general a la espera de aliviar a navegantes incautos del peso de algún  euro o artilugio convertible en euros. Últimamente la cosa también estaba muy mal para los soldados rasos del ejército del  lumpen. Las carteras de los que antes eran nuevos ricos ya sólo contenían tickets viejos,calendarios de años pasados y tarjetas sobreexplotadas y apenas se conseguía afanar un miserable Iphone al día. En ocasiones, incluso el Iphone era una cutre imitación china a la que se le borraba la manzana rascando un poco con la uña. Porca miseria.

Y enfrascado como estaba en su cómoda observación tras la ventanilla del autobús, al pararse en un semáforo  pudo ver en vivo cómo tres  ciudadanas pertenecientes a una minoría étnica con aspecto de provenir de la zona de los Cárpatos le sustraían por el método del descuido la cartera y el móvil a una pareja de turistas asiáticos que tomaban algo en una terraza.  O dicho en román paladino del de antes, Ataúlfo observó impasible cómo tres gitanas rumanas desplumaban a unos con pinta de chinos o de por ahí que,  no seamos tiquismiquis,  es como todos lo contaríamos al llegar a casa.

Despertó de su letargo al percibir que su parada era la siguiente y tras pulsar el preceptivo botón rojo lleno de mugre y bacterias con las letras STOP medio borradas se  levantó para acercarse a la salida. Y fue en ese momento cuando, al enfrentarse a la perspectiva que ofrecía el autobús ya medio vacío, pero plagado de miradas fijas en el suelo o perdidas en la observación del mundo que había al otro lado de la ventanilla, deseó no tener que abandonar aquella efímera sensación de seguridad contemplativa para zambullirse otra vez, otro viernes más, en aquella  jungla humana, urbana y fría. O fresca, según se quiera mirar.

Y al poner pie en tierra firme, sin ventanillas ni luces fluorescente de por medio y ya a merced del olor a desesperanza y polución,  le asaltó la idea de que tal vez nos iba regular por  rascarnos  la rabadilla en un desesperado intento por calmar la tos, o por empeñarnos en nadar en cueros en mares de inexplicables fijaciones orales repetidas hasta la náusea. Dedicados a resolver tensiones sexuales con apaños de sexo escrito, tan propenso como es a las faltas de ortografía.

Pero Ataúlfo, inasequible al desaliento la mayoría de las veces, se levantó el cuello del abrigo y mientras caminaba pensó que frente a las noches de viernes de filosofías tabernarias siempre habrá mañanas de lunes de esas que no se andan con chiquitas y nos anuncian semanas de sexo duro y además de pago. Y ahí la ortografía y la gramática cotizan poco... Soldaditos somos y en el fragor de la batalla nos encontraremos, y muy probablemente en bandos opuestos. Y por algún extraño mecanismo o fijación oral en este caso pensada, le vino a la cabeza aquello que dicen que dijo el Conde de Romanones, aquel noble con apellido de mala rima, y repitió Mariano décadas después: ¡Joder, qué tropa!  y añadió para sus adentros un sonoro: "...¡Que somos!" sin darse cuenta de que lo había dicho para sus afueras a juzgar por la mirada que le dirigió una señora que al pasar junto a él aumentó distancias y aceleró el paso pensando muy acertadamente que había mucho loco suelto...





sábado, 21 de enero de 2012

FBI, Megauploads y otros experimentos pecaminosos.

Seamos justos: hoy la cosa va para largo porque lo traigo calentito. Avisados quedan.

 En ocasiones veo hordas de  hijos de la gran cortesana,  de esas de  amplio y anestesiado receptáculo y vástagos y vástagas dotados del  don de la ubicuidad, lo cual Ipso facto, como no podía ser de otro modo implica que están en todas partes los muy cabrones/as. Pero en justicia hay que decir que algo es algo. Al menos estando en todas partes son coherentes con su propia ubicuidad e hijoputez.  Como ya sabe hasta el primo tonto del maestro armero, el FBI ha cerrado Megaupload y sus filiales -así, con un par y sin anestesia epidural-. Y todo ello en nombre de la sacrosanta y , a la vista del desparrame, agotada y huérfana de ideas industria del entretenimiento del imperio.

Pero como por una vez quiero vomitar fuera del receptáculo con un poco de orden, vayamos por partes:

  1. Soy profesional de estas cosas de la informática, las páginas web y guarradas de ese pelaje. Sí,  me gano en parte la vida gracias a Internet y en el otoño de  2012 hará  20 años  de ello. Soy un ser superviviente de los módems de 1200 baudios, años antes de  las obscenamente rápidas líneas RDSI de ciento y pico K's y líneas   ADSL de las de  30.000 pesetas el alta, routers 3Com hechos de sílex  y ni me acuerdo de cuantos duros al mes, es decir,  que hace media vida año arriba o abajo  que uso este santo medio.

lunes, 2 de enero de 2012

Clases medias, platos rotos y casas sin barrer.

Soy consciente de que esto me va a servir para  catar  los humos y los calores  de la hoguera de las críticas y  del insulto por razones muy diversas, de lo cual me alegro porque es señal de que al menos por el momento se puede hablar.

Dado que al igual que la inmensa  mayoría de la población en España no le debo NADA a NINGUNA  de esas agencias de colocación mafiosas de amigotes en que se han convertido los partidos políticos, sindicatos, la patronal, y otros Clubes de la Comedia  patrios actuales (subrayo lo de "actuales"), NADA tengo que agradecerles ni a los unos ni a los otros.  Y dicho esto,  me explico:

Hace tiempo que mantengo una teoría acerca de la diferencia real entre las posiciones más radicales y sectarias de las mal  llamadas "izquierdas  y derechas democráticas" actuales en España (porque hay varias, no sólo dos) y veo que la realidad viene a confirmar mis sospechas. Ambos frentes hablan del bien para la ciudadanía, de la Justicia, de defender los intereses del pueblo, de la igualdad de todos los españoles ante la Ley (¿Ante  qué ley? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?). Unos van de matacuras,  otros de beatos irredentos, muchos llevan años viviendo profesionalmente de las rentas del guerracivilismo y de empeñarse en  resucitar a Franco cada cuarto de hora,  otros fueron lobos o hijos de lobos y ahora se han convertido en corderitos filodemócratas de toda la vida de Dios. Y muchos de estos especímenes se permiten el lujo de llamar "fascista" sin saber lo que se traen entre manos ni haber leído dos párrafos seguidos en su puta vida de nada que no sean sus panfletos de cabecera ni habiendo sido cocineros antes que frailes, a todo aquel que se desvíe un ápice de SU pensamiento normalizado y políticamente correcto. Eso sí, todos ellos tienen muy bien aprendido el "usted no sabe con quien está hablando", el "ordeno y mando" y la defensa a ultranza de la poltrona personal maquillándola de justificaciones históricas y éticas que no resisten media colleja dialéctica.

Mis sospechas, que intuyo que son las de millones de españoles, apuntan a que las diferencias que hay entre ambos bandos a día de hoy son puramente estéticas y poco más. Unos llaman blanco al negro y cara al culo,  y otros no dicen si se llama pan o se llama vino, ni si suben,  bajan o se quedan. Y poco más.

Y es que llama poderosamente la atención que los oligarcas, gobernando tanto los unos como los otros, siguen siendo los mismos o como mínimo se apellidan sospechosamente igual y están metidos en todas las salsas. Con la salvedad, eso sí, de que hay que añadir al elenco de nuevos ricos y aprendices de oligarcas  a los procedentes de la política profesional de cazo amplio,  tragaderas ideológicas y personales  incomensurables y cuentas corrientes venusianas, a los enriquecidos a base de especular con el ladrillo, y a la madre de moral distraída que los trajo a todos. Casualmente, algunos incluso  son miembros de  ambas  sectas.

Y digo esto, porque con frecuencia se olvida que la historia de España empieza muchísimo antes de  1936. Lo que ocurre es que las etapas anteriores no dan tantos  réditos electorales, por lejanas, aburridas, o porque "no dan bien en cámara". Pero el equipaje histórico, mal que les pese a algunos, está ahí para quien se quiera molestar en abrirlo y tratar de comprenderlo. Pero, claro está, es mucho más cómodo tirar de consigna preelaborada y repetir como un mantra las paridas que se vaya sacando del orto la cúpula del partido hasta convertirlas en dogmas de fe y de ese modo convertirse en  superguay con opción a puesto público vitalicio.

 Porque me consta que muchos de los españoles que no nos hemos casado con ningún partido, los que comemos de nuestro trabajo y no de prebendas obtenidas a dedo por la Gracia de la Deidad o del viento reinante, los que sabemos lo que vale un café, lo que cuesta pagar la luz y mantener a los nuestros y a los que no son los nuestros, los que sabemos lo que es vivir con la espada de Damocles y la Tizona del Cid sobre nuestras devaluadas cabezas,  estamos HARTOS de comemierdas ideológicos, de vagos, de ineptos, de chulos, de ladrones de alta y baja alcurnia, de financiar la fiesta y los orgasmos ajenos y encima tener  que pagar los platos rotos, fregar el suelo,  bajar la vista al suelo y apagar la luz al salir. Y, claro está,  aún tendremos que estaros agradecidos, salvapatrias y adalides proxenetas de libertades ajenas.

Que nadie se llame a engaño: en este país han  luchado toda su vida  generaciones enteras al margen de colores y partidismos para conseguir un futuro mejor para los suyos y para los que hemos venido detrás. Y desde los años de la Transición, que fue una oportunidad como pocas para reconciliar de una vez a este país de mierda,  toda esta casta de cantamañanas venidos a más se han asegurado de que lo que el dictador había dejado "atado y bien atado" siga igual, cambiando las formas, el lenguaje y, eso sí,  teniéndonos en cuenta una vez cada cuatro años. Pero el caso es que la res publica sigue siendo coto privado y hereditario. Porque hay mucho descendiente y deudor de  la CEDA, del Frente Popular e hijos de Falangistas que llevaron la camisa azul en su juventud pero ya no se acuerdan porque la memoria es frágil.  Porque queda mucho progre acomplejado y mucho fascista de los originales y genuínos y de los de nuevo cuño ahora subidos al carro del sufragio universal y del asiento calentito respaldado por carnés vacíos de memoria y de contenido, pero muy juntitos todos ellos.
 
Por eso, señores del gobierno saliente de infausto recuerdo y dorado futuro, y señores del gobierno entrante      que de momento no sólo no  le han tocado un pelo a los que se han enriquecido a costa de nuestro sudor y encima nos miran con asquete como populacho sudoroso que somos, sino que han empezado dándonos otra patada más en los dientes a las clases medias, que somos los que sostenemos este vodevil, permítanme desde el respeto y la humildad mandarles a todos a la mierda sin billete de vuelta. No busquen nuestro crédito cuando la banca a la que ustedes rescatan y mamporrean con nuestros dineros se lo niegan a las Pymes y a las familias, y si se lo dan es a base de demostrar que no lo necesitan y de endilgarles a cambio seguros de vida y planes de pensiones a precios de usura y condiciones leoninas. Buceen un poco en la curiosa manera que tienen las entidades bancarias de conceder préstamos ICO, por poner un ejemplo ilustrativo,  y sabrán de qué les hablo.

Sigan recortando a los más machacados, a los que tienen agarrados por los mismísimos o por  la goma del tanga,  a los que les sostienen el cotarro, a los que aún tienen algo que perder aunque ese algo sea lo último.  Terminen de rematar a las clases medias, que nos va a ir muy bien a todos.

Y el que venga con historias para no dormir  que argumente y ponga razones sobre la mesa o que calle para siempre, que está todo muy visto y muy sobado como para andarse con idioteces.   Que la Historia, al igual que la sombra del ciprés,  es alargada y aún tenemos memoria. Y se os ve el plumero  a todos a siete leguas de distancia, próceres de la patria. Y nosotros, españolitos como somos,  con estos pelos .

Depositen aquí sus insultos, hermanos.